Carne de Rueca: Apuntes sobre el sistema de evaluación al desempeño.

Durante mucho tiempo los/as trabajadores/as de La Rueca, hemos solicitado que la entidad realice un reconocimiento a nuestro trabajo: a horas extraordinarias no reconocidas o pagadas, a priorizar nuestra actividad a nuestra vida personal, a formarnos continuamente para los procesos de intervención, a priorizar a las personas con las que trabajamos por encima de los intereses como trabajadores/as, etc. Dicho reconocimiento ha llegado en forma de evaluación al desempeño; es decir, que en vez de reconocimiento la entidad ha decidido establecer un sistema, según palabras de los responsables de la entidad, para “conocer y aprovechar el talento de las personas que trabajamos en la Rueca”, o explicado de otra manera, del/ de la trabajador/a de La Rueca, como del cerdo, se aprovecha hasta los andares. Durante el mes de noviembre y diciembre, las coordinaciones de cada proyecto y centro evaluaran a todos los trabajadores con una jornada superior al 50% anual, pero para ello no se utilizará las funciones y tareas propias de cada puesto de trabajo, si no que se han elegido competencias que no evalúan nuestro trabajo. Dicha evaluación además supone que las personas trabajadoras definirán objetivos laborales a desarrollar durante el año. No es gratuito que esto se haga, cuando la mayoría de las personas que mantenemos una relación con la entidad vamos a renovar nuestras contrataciones.

El sistema de evaluación propuesto es absurdamente ideológico (concretamente neoliberal), con el objetivo, no de motivar o de otorgar reconocimiento a los/as trabajadores/as, si no de evaluarles y de intentar coaccionarles para conseguir mejores desempeños, para que realicen tareas que no están dentro de sus funciones o para que se planteen objetivos por encima de lo que indican sus proyectos/puestos de trabajo. Estas valoraciones serán realizadas por personas de la entidad, coordinadores/as y superiores, valorando con puntuaciones ciertos campos o competencias, e ignorando las funciones de cada trabajador/a: por lo que estas valoraciones serán totalmente subjetivas. Como resultado de las mismas, la dirección de la entidad podrá tomar decisiones futuras. ¿Qué decisiones?

Por supuesto, la indeterminación de dichas decisiones conviene a la entidad, ya que genera miedos y de paso atemoriza al/ a la trabajador/a que estará dispuesto/a a marcarse objetivos que lo/a autoexploten y de paso convenzan a la dirección de la entidad de su idoneidad para el puesto de trabajo, ya que la evaluación propone que el/la trabajador/a se marque objetivos diferentes a los relativos a sus funciones, su desempeño profesional o su proyecto y que serán evaluados anualmente. Dentro de las decisiones a tomar por parte de la dirección, está la de “Dar la oportunidad de crecimiento y de participación a las personas de la entidad” o lo que es lo mismo, los sistemas de promoción interna. Pero extrañamente, solo se va a aplicar a aquellos/as trabajadores/as que tengan al menos un 50% de la jornada laboral, dejando a las personas en situación más precaria fuera del sistema de promoción interna, ya que no asegura la igualdad de oportunidades (que, por otro lado, contraviene el Articulo 14 del convenio de aplicación (Convenio colectivo estatal de acción e intervención social 2015-2017)).

Tanto para la promoción interna como para el objetivo de medir “el nivel de eficacia y eficiencia” de los/as trabajadores/as o de “… aprovechar el potencial de las personas que trabajan en la organización”, la herramienta es ideológicamente neoliberal y escasamente científica, ya que no define claramente las funciones de cada trabajador/a o cada puesto de trabajo. Esta falta de definición tiene el objetivo de que los/as trabajadores/as no podamos acotar nuestro trabajo, no se nos reconozca la categoría profesional adecuada a nuestro puesto o se nos mandaten tareas que claramente están fuera del desempeño de nuestro puesto. Así, en vez de evaluar las funciones del puesto de trabajo, las evaluaciones valorarán competencias, entre las que se incluyen las siguientes:

  • Orientación a personas: Que, en vez de poner el acento en los/as participantes de los proyectos, acentúa qué tipo de relación tiene el/la trabajador/a con los “clientes internos y externos y las personas de la organización”, en especial con los/as superiores, mostrando una buscada indeterminación en quienes son dichos clientes. En el mejor de los casos convertir a las personas con las que trabajamos en la figura de cliente, demuestra la deriva ideológica de esta organización, abandonando criterios científicos de intervención por un chusco adoctrinamiento neoliberal o una obediencia incuestionable a los/as superiores, por encima de los criterios profesionales. En el peor de los casos, el termino cliente incluye a los/as financiadores, haciendo peligrar la práctica profesional y conocimiento científico, a cambio de que el/la trabajador/a mantenga “una alta disponibilidad, busca información sobre las verdaderas necesidades del/ de la cliente interno y externo, adecuando los servicios y aportándoles soluciones con rapidez”.

  • Compromiso: La entidad no quiere valorar el compromiso y ética profesional de los/as trabajadores/as para con las tareas realizadas. Lo que le interesa es una lealtad incuestionable y que los/as trabajadores/as adopten los fines y valores de la entidad, sin crítica, donde el/la trabajador/a “defiende los intereses de la empresa, estando dentro y fuera de ella. Da prioridad a los objetivos de la entidad y participa con esfuerzo e iniciativa para alcanzarlos”. Así no hay crítica posible, no hay pensamiento divergente, no hay opinión profesional. Si quieres mejorar en la entidad, tienes que estar adoctrinado/a.

  • Desempeño Extra-rol: Para la entidad, los/as trabajadores/as debemos realizar “tareas y conductas no explicitadas o no incluidas dentro de las funciones y obligaciones formales del puesto”, olvidándose de que como trabajadores/as que mantienen una relación laboral, nuestra actividad depende de la dirección de la empresa. En definitiva, la entidad quiere que trasgredamos la normativa laboral, aprovechándose de la falta de concreción que La Rueca mantiene, sobre las tareas y funciones de cada puesto de trabajo, excediendo nuestras funciones.

  • Otras competencias evaluadas en cada puesto muestran esta deriva mercantilista. Como la adaptación al cambio, donde el/la trabajador/a asume las exigencias de la organización de forma positiva y constructiva, evitando la crítica; orientación a resultados, donde la cantidad de trabajo parece sustituir a la calidad; Orientación hacia el trabajo, donde lo que importa es que el/a trabajador/a se implique con tareas difíciles, ingratas y poco motivadoras; Resistencia a la presión, realizando trabajos en condiciones adversas, con presión de plazos y tiempos, puntas de trabajo o simultaneidad de tareas. En definitiva, que trabajes mucho, en malas condiciones y asumiendo lo que el patrón te diga y como te lo diga. ¡Si aceptas, a lo mejor, La Rueca reconocerá tu trabajo!

Para mejorar y reducir tu precariedad en la entidad, tienes que estar adoctrinado/a y no elevar críticas, priorizando los objetivos de la entidad sobre cualquier otra cosa (incluso tu vida personal), contentando a los/as clientes sobre cualquier criterio profesional o ético, haciendo tareas y trabajo que nadie te ha pedido, excediendo tus funciones laborales, soportando las malas condiciones de trabajo, acatando las exigencias de la organización y trabajando en cantidad sobre otros criterios. La pura definición de la precariedad. Pero además de todo esto, tendrás que cumplir con unos objetivos que tú mismo/a te habrás impuesto y que la dirección evaluará para valorar si son suficientes o te pueden aprovechar un poco más, si eres merecedor/a de reducir tu precariedad laboral o si debes continuar en la entidad o ser despedido/a, porque tu desempeño no ha sido el correcto. Si cumples con todo, a lo mejor serás reconocido/a por la entidad o incluso podrás reducir la precariedad en la que trabajas. ¡Solo si cumples con todo!

Así pues, desde la sección sindical de la CNT en La Rueca, consideramos que el proceso de evaluación al desempeño debe responder a criterios científicos de trabajo y/o profesionales, y no a mediciones subjetivas dependientes del/ de la evaluador/a bajo criterios ideológicos neoliberales. Por lo tanto, trabajaremos para que este sistema sea sustituido por uno que valore las funciones de los/as trabajadores/as y reconozca los grandes esfuerzos que los/as trabajadores/as realizan por su profesión. Es necesario que la entidad defina claramente las funciones de cada puesto de trabajo. Desde la sección sindical realizaremos las acciones necesarias para oponernos a las decisiones devenidas de este proceso, ya que no tienen en cuenta la legislación laboral vigente o el convenio que rige la actividad de la entidad.

Porque los/as trabajadores/as de La Rueca:

  • Somos profesionales de lo social. No somos militantes adoctrinados/as de la entidad.

  • Somos trabajadores/as con criterios técnicos y/o profesionales: no comerciales de lo social.

  • Somos trabajadores/as con funciones y tareas propias de sus puestos de trabajo y no jamones que una vez devorados, den con sus huesos en un caldo para “aprovechar el talento” un poco más.

  • Somos personas con compromisos, intereses y prioridades libremente decididas, cuya relación laboral con la entidad no va alterar.

  • Confiamos en la transformación y en el cambio social, no en sostener las estructuras que generan los desequilibrios que nuestro trabajo intenta paliar.

  • Confiamos en la calidad de nuestro trabajo, en la transparencia y en la devolución a la sociedad de lo que hacemos, no en la cantidad absurda como medio de prueba del trabajo pero que no cumple con los objetivos técnicos.

  • Queremos dignificar nuestras profesiones, priorizando la reducción de la precariedad y temporalidad, posibilitando la promoción en nuestros puestos de trabajo, sin discriminación de ningún tipo o aceptación acrítica de las decisiones de la entidad.

  • Ya tenemos objetivos: los que marcan nuestros proyectos medidos con indicadores cuantitativos y cualitativos. No necesitamos más objetivos para intentar desempeñar con excelencia nuestro trabajo.

Finalmente, este sistema puede afectar a nuestras condiciones laborales, por lo que es necesario que se nos informe previamente de las consecuencias y las maneras de proceder de dicho sistema.

Para cualquier duda puedes dirigirte a la sección sindical, utilizando el correo

¡Un saludo!

 

CNT La Rueca

Federación Comarcal Sur